Diamantes de sangre o Diamantes de guerra
Desde hace miles de años, el diamante ha figurado entre las piedras preciosas preferidas por el ser humano. Fueron las civilizaciones orientales las primeras en conocer esta gema. India (su primer y más vasto productor) dio al mundo los más hermosos diamantes, como el Ko-i-nor (que traducido significa algo así como "montaña de luz") que pesaba, en bruto, 78,5 quilates de joyería.
El nombre del diamante proviene del griego adamas o adamantem, que significa "el invencible". En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Además, antiguamente se le conferían toda clase de poderes extraños.
El diamante llegó a Europa muy posiblemente en el tercer siglo antes de nuestra era, quizás como consecuencia de los viajes de Alejandro Magno, que provocaron un enorme intercambio entre los puertos del Mar Rojo y los de la Costa de Malabar, en la India.
Las regiones ricas en diamantes son la India, Brasil y Sudáfrica, pero las características del suelo en donde éstos se hallan son distintas en cada zona.
En la India, por ejemplo, se encuentran principalmente en tierras areniscas y conglomerados antiguos, probablemente silúricos (pertenecientes al segundo periodo de la era primaria) y masas de los ríos.
En el Brasil, en el estado de Minas Gerais, los mantos se encuentran en una roca formada en gran parte por cuarzo y mica; en los estados de Bahía, Goiás y Mato Grosso se hallan en depósitos sueltos de aluviones y en las arenas de los ríos.
En el Sur de África las condiciones son distintas: el diamante se encuentra en las arenas de los ríos y en depresiones crateriformes del suelo, llenas de una tierra que en la superficie es de color pardo amarillento y ya en profundidad es gris azulada, constituida por partículas de una roca eruptiva análoga a la serpentina, procedente de la descomposición de una roca de olivino (llamada kimberlita.)
Vamos a centrarnos en estos últimos, los llamados Diamantes
en Conflicto o Diamantes de Sangre, que son aquellos diamantes obtenidos en una
zona de guerra, mediante el uso de esclavos o
personas en régimen de semi-esclavitud. Usualmente se asocian con los que financiaban
los conflictos que tuvieron su escalada en medio de los años 90 y
a principios de la primera década del tercer milenio en Africa
Occidental.
En algunos casos, las Naciones Unidas han
sancionado la exportación de estos diamantes, argumentando que financian
ejércitos enfrentados a gobiernos legales o bien involucrados en graves
violaciones de los Derechos
humanos prolongando
de esta forma los conflictos. En concreto se señalaba a la UNITA angoleña y al FRU de Sierra
Leona como
proveedores de diamantes de guerra. En estos casos, usualmente son vendidos de
forma clandestina, mediante el contrabando de los mismos a terceras naciones
que se adjudican el haberlos extraído.
El desarrollo de prácticas como éstas es un ejemplo fáctico y
conciso de la violación masiva de derechos humanos y de la existencia obvia de
la esclavitud y el poder de las empresas transnacionales, el tráfico, las aduanas y las
grandes marcas de moda. La ONU se ha pronunciado repetidas veces sobre
este tema, pero las soluciones, aunque han sido significativas, todavía no
llegan al centro del tema, que es la problemática política, cultural y legal
del África y de las naciones pobres envueltas en este tema.
Pero, aunque el tema parece ser sólo de poder, dinero y
ostentación, no se aleja mucho de otro tema: las enfermedades y las empresas
farmacológicas. La baja alimentación, el trabajo excesivo, los virus emergentes,
las pocas defensas tanto físicamente humanas como científicamente existentes
dentro de esas naciones o zonas, sumada a la pobreza pronunciada, generan un
atractivo obvio para el experimento de nuevas vacunas por
parte de los laboratorios internacionales y que además de producir mucho
dinero, también producen "fama" y respeto en el mundo.
Los
diamantes de zonas en conflicto proceden de zonas controladas por fuerzas o
facciones opuestas a gobiernos legítimos e internacionalmente reconocidos y se
utilizan para financiar actividades militares en contra de esos gobiernos, o en
contravención de las decisiones del Consejo de Seguridad.
Los
fraudes de diamantes en bruto han sido utilizados con frecuencia por las
fuerzas rebeldes para financiar las compras de armas y otras actividades
ilegales. El territorio de países vecinos y de otros países puede utilizarse
para el comercio y el tránsito de los diamantes ilícitos. Una vez que los
diamantes llegan al mercado, es difícil determinar su origen y, una vez
pulidos, ya no pueden ser identificados.
El
establecimiento de un régimen bien estructurado de "certificados de
origen" puede ser una forma efectiva de garantizar que sólo los diamantes lícitamente
obtenidos, es decir, los que proceden de zonas controladas por los gobiernos-
lleguen al mercado.
Es
necesario que los Estados Miembros y la industria del diamante adopten formas adicionales
de fiscalización para garantizar la efectividad de ese régimen. Esas medidas
podrían comprender la introducción del certificado como norma en los países
exportadores de diamantes, la transparencia, la comprobación de cuentas y la
supervisión del régimen, así como nuevas leyes contra los que no cumplan lo
dispuesto en él.
Resulta
ineludible que los gobiernos, las organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales, los comerciantes de diamantes, las instituciones financieras,
los fabricantes de armas, las instituciones sociales y educacionales y otros
agentes de la sociedad civil combinen sus esfuerzos, exijan la aplicación
estricta de las sanciones y alienten una paz real. Las horribles atrocidades
cometidas en Sierra Leona y el prolongado sufrimiento del pueblo de Angola han
aumentado la concienciación de la comunidad internacional respecto de la
necesidad de cortar las fuentes de financiación de los rebeldes a fin de
promover una paz duradera en esos países. Esa oportunidad no se puede desperdiciar.
La
industria internacional del diamante ya está adoptando medidas para reaccionar
ante esta situación, como la resolución aprobada el 19 de julio de 2000 por el
Congreso Mundial del Diamante, celebrado en Amberes, que, de aplicarse
íntegramente, permitirá aumentar la capacidad de la industria del diamante para
impedir que los diamantes de zonas en conflicto lleguen al mercado. Otras
actividades comprenden la iniciativa de países africanos productores de
diamantes de emprender un proceso de consultas abiertas a escala mundial con
los gobiernos, la industria y la sociedad civil, denominado Proceso de
Kimberly, para elaborar una respuesta efectiva ante el problema de los
diamantes de zonas en conflicto.
Los
trágicos conflictos de Angola y Sierra Leona, fomentados por el contrabando
ilícito de diamantes, han llevado al Consejo de Seguridad a adoptar medidas. De
conformidad con el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, se han
aplicado sanciones con objetivos precisos contra la UNITA en Angola y los
rebeldes de Sierra Leona, incluida la prohibición de su principal fuente de
financiación, los diamantes ilícitos. También se han aprobado sanciones contra
Liberia en relación con los diamantes.
ANGOLA:
Tras el rechazo por la UNITA de los resultados de las elecciones supervisadas
por las Naciones Unidas en 1992, el Consejo de Seguridad, actuando en virtud
del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, aprobó la resolución 864,
de 15 de septiembre de 1993, por la que se impuso un embargo de armas y se
prohibió la venta o el suministro de petróleo a la UNITA y se estableció un
comité de sanciones integrado por todos los miembros del Consejo para
supervisar la aplicación de las medidas obligatorias e informar al Consejo
sobre el particular.
Tras
la firma del Protocolo de Lusaka, en 1994, la UNITA se negó a cumplir las
disposiciones de ese instrumento. En respuesta a la negativa de la UNITA a
desarmarse y a aplicar el Protocolo de Lusaka, el Consejo de Seguridad aprobó
la resolución 1127 de 28 de agosto de 1997, por la que impuso prohibiciones de
viajes de obligatorio cumplimiento a los dirigentes de la UNITA y a los
miembros de sus familias inmediatas. Un año más tarde, el Consejo de Seguridad
aprobó la resolución 1173, de 12 de junio de 1998, y la resolución 1176, de 24
de junio de 1998, por las que se prohibía la importación directa o indirecta al
territorio de los Estados Miembros de diamantes procedentes de Angola que no
estuvieran avalados por certificados de origen expedidos por el Gobierno de
Angola, y se imponían sanciones financieras contra la UNITA.
En
su resolución 1237, de 7 de mayo de 1999, el Consejo de Seguridad estableció un
grupo de expertos independientes para investigar las violaciones del régimen de
sanciones impuesto por el Consejo contra la UNITA. Con posterioridad a la
publicación del informe del Grupo de Expertos (S/2000/203), el Consejo de
Seguridad aprobó la resolución 1295, de 18 de abril de 2000, en que el Consejo
tomó nota de las recomendaciones del Grupo de Expertos y estableció un
mecanismo de vigilancia para reunir información adicional e investigar
cualesquiera indicios pertinentes relacionados con el incumplimiento de las
sanciones, con miras a aplicar mejor las medidas impuestas contra la UNITA.
El
Grupo de Expertos estuvo integrado por el Embajador Juan Larraín (Chile), en
calidad de Presidente, la Sra. Christine Gordon (Reino Unido), el Sr. James
Manzou (Zimbabwe), el Sr. Ismaila Seck (Senegal) y la Embajadora Lena Sundh
(Suecia). El Mecanismo presentó su informe al Comité el 20 de diciembre de 2000
(S/2000/1225). En su resolución 1336 (2001), el Consejo de Seguridad prorrogó
el mandato del Mecanismo de Vigilancia por un período de tres meses. El 20 de
febrero de 2001, el Consejo de Seguridad celebró una sesión abierta para
examinar el informe del Mecanismo de Vigilancia.
SIERRA
LEONA: En julio de 1999, tras ocho años de conflicto civil, las negociaciones
entre el Gobierno de Sierra Leona y el Frente Revolucionario Unido (FRU)
condujeron a la firma del Acuerdo de Paz de Lomé, en virtud del cual las partes
convinieron en la cesación de las hostilidades, el desarme de todos los
combatientes y la formación de un gobierno de unidad nacional. Las Naciones
Unidas y la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO)
contribuyeron a facilitar las negociaciones. En su resolución 1270, de 22 de
octubre de 1999, el Consejo de Seguridad estableció la Misión de las Naciones
Unidas en Sierra Leona (UNAMSIL) para ayudar a crear las condiciones que
permitieran a las partes aplicar el Acuerdo. Posteriormente, el Consejo, en sus
resoluciones 1289, de 7 de febrero de 2000, y 1299, de 19 de mayo de 2000,
decidió aumentar el personal de la Misión y ajustar su mandato, con lo que la
UNAMSIL ha pasado a ser la mayor fuerza de mantenimiento de la paz desplegada
actualmente por las Naciones Unidas.
Expresando
la preocupación de la comunidad internacional por el papel del comercio ilícito
de diamantes como elemento impulsor del conflicto de Sierra Leona, el Consejo
de Seguridad aprobó la resolución 1306, de 5 de julio de 2000, por la que
impuso una prohibición de la importación directa o indirecta de cualesquiera
diamantes en bruto de Sierra Leona que no estuvieran controlados por el
Gobierno de Sierra Leona mediante un régimen de certificados de origen. En
virtud de la resolución 1171, de 5 de junio de 1998, se había impuesto un
embargo de armas y establecido una prohibición selectiva de viajes a
integrantes de las fuerzas no gubernamentales, que seguían en vigor.
El 31
de julio y el 1° de agosto de 2000, el Embajador Anwarul Karim Chowdhury,
Presidente del Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la
resolución 1132 (1997) relativa a Sierra Leona, presidió la primera audiencia
pública con carácter exploratorio que hubiera celebrado el Consejo de Seguridad
en Nueva York. A la reunión asistieron representantes de Estados Miembros,
organizaciones regionales, organizaciones no gubernamentales, la industria del
diamante y otros expertos pertinentes interesados en la cuestión. En la reunión
se puso de manifiesto la relación entre el comercio ilícito de diamantes de
Sierra Leona y el comercio de armas y pertrechos conexos. También se examinaron
las formas de fomentar una industria del diamante sostenible y bien reglamentado
en Sierra Leona.
LIBERIA:
Teniendo en cuenta las conclusiones presentadas por el Grupo de Expertos en su
informe sobre Sierra Leona en el sentido de que el comercio ilícito de
diamantes procedentes de Sierra Leona no podía llevarse a cabo sin la
autorización y la participación de los funcionarios del Gobierno de Liberia y
que el Gobierno de Liberia estaba apoyando activamente al FRU a los más altos
niveles, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 1343, de 7 de marzo de
2001. En esta resolución se estableció un nuevo Comité de Sanciones del Consejo
de Seguridad, se aplicó nuevamente un embargo de armas y se estableció un Grupo
de Expertos por un período de seis meses. Además, en la resolución se indicó
que si el Gobierno de Liberia no cumplía, en un período de dos meses, las
exigencias especificadas por el Consejo de Seguridad, todos los Estados
deberían adoptar las medidas necesarias para impedir la importación directa o
indirecta desde Liberia de todos los diamantes en bruto, fueran o no originarios
de Liberia, y que se impondría una prohibición de viajes con carácter
selectivo.
El
1° de diciembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por
unanimidad una resolución sobre el papel de los diamantes en el fomento de los
conflictos, rompiendo el vínculo entre la transacción ilícita de diamantes en
bruto y los conflictos armados, como una contribución a la prevención y el
arreglo de los conflictos (A/RES/55/56).
Al
examinar este tema del programa, la Asamblea General reconoció que los
diamantes de zonas en conflicto eran un factor de importancia crucial en la
prolongación de guerras brutales en algunas partes de África y destacó que los
diamantes lícitos contribuían a la prosperidad y el desarrollo en otras partes
del continente. En Angola y Sierra Leona, los diamantes de zonas en conflicto
siguen financiando a los grupos rebeldes, a la Unión Nacional para la
Independencia Total de Angola (UNITA) y al Frente Revolucionario Unido (FRU),
grupos que actúan en contravención de los objetivos de la comunidad
internacional de restaurar la paz en ambos países.
En
cumplimiento de lo dispuesto en la resolución 1306 del Consejo, de 5 de julio
de 2000, el Secretario General estableció, el 2 de agosto de 2000, un grupo de
expertos para reunir información sobre posibles violaciones del embargo de
armas y sobre la relación entre el comercio de diamantes y el comercio de armas
y pertrechos conexos, determinar si los sistemas de control del tráfico aéreo
de la región del África occidental eran adecuados para detectar vuelos de
aviones de los que se sospechaba que violaban el embargo de armas, y presentar
al Consejo, a más tardar el 31 de octubre de 2000, un informe con observaciones
y recomendaciones sobre formas de fortalecer los embargos de armas y de
diamantes.
El
Grupo estuvo integrado por el Sr. Martin Chungong Ayafor (Camerún), en calidad
de Presidente, el Sr. Atabou Bodian (Senegal), el Sr. Johan Peleman (Bélgica),
el Sr. Harjit Singh Sandhu (India) y el Sr. Ian Smillie (Canadá). El Grupo de
Expertos presentó su informe al Consejo de Seguridad el 19 de diciembre de 2000
(S/2001/1195). En su 4264ª sesión, celebrada el 25 de enero de 2001, el Consejo
de Seguridad examinó el informe del Grupo de Expertos.
El
delirio de grandeza, el poder, la ambición y la belleza son parte de las
múltiples causas de destrucción de nuestro planeta. El hombre en su desmedido afán de tener más,
de querer más, de saber más, se ha olvidado por completo de la enseñanza que
nuestro Creador nos legó, la humildad.
Por
lograr sus insanos propósitos no importa quien caiga, ni cuantas familias
mutilen, viudas, huérfanos, familias separadas, vidas truncadas, el hombre ha
ido cayendo en un profundo abismo del cual sólo la divinidad podrá
sacarlo. Esto podemos verlo a través de
las líneas de este ensayo, como una piedra, sin vida, fría, pero fuerte y
valiosa monetariamente ha provocado que miles de personas hayan perdido sus
vidas víctimas del tráfico ilegal, o por desnutrición debido al estado de
esclavitud en que los tienen, o virus y enfermedades generados por la falta de
higiene y buena alimentación.
El
hombre se ha deshumanizado, por sus venas ha dejado de correr la sangre, se ha
vuelto frío, calculador y con la sangre
que ha perdido ha manchado esa piedra preciosa que paradójicamente con su
brillo resplandeciente ha llenado de oscuridad la vida de mucha gente.
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